miércoles, 29 de junio de 2011

La Barroca crece

[La OBS, dirigida por Giuliano Carmignola, en el cierre del Femàs 2011 © Victoria Hidalgo]
La Orquesta Barroca de Sevilla enriquece su discografía con dos nuevas publicaciones de su sello OBS Prometeo, un volumen dedicado a sinfonías de Carlos Baguer (1768-1808) y otro con cantatas de Juan Francés de Iribarren (1699-1767), lo que significa dos nuevas propuestas dedicadas al repertorio español.

El barcelonés Carlos Baguer es uno de los pocos sinfonistas españoles que siguió los moldes de Joseph Haydn, caso similar al asturiano radicado en Jaén Ramón Garay, cuyas diez sinfonías conservadas fueron grabadas recientemente por la Orquesta de Córdoba y José Luis Temes en un álbum del sello Verso que fue ya comentado en esta página. De Baguer han sobrevivido veinte sinfonías que siguen el esquema formal vienés en cuatro tiempos, aunque en inspiración y desarrollo la música dista bastante de su modelo. Baguer es además un compositor relativamente bien tratado por la fonografía, pues a discos ya antiguos, como el de la Orquesta de Cámara Reina Sofía dirigida por Gonçal Comellas para el sello Ensayo, se une el publicado hace apenas un par de años por la Acadèmia 1750 dirigida por Farran James. La OBS, aquí con el argentino Manfredo Kraemer como director-concertino, ofrece la obertura de El hijo pródigo, un oratorio estrenado en 1807, y cuatro sinfonías. La música es sencilla, agradable, y Kraemer la trata con el punto de excitación y ligereza que mejor le conviene.

Más interesante me parece el trabajo dedicado a la música de Iribarren, maestro de capilla de Málaga, que había sido objeto ya del primer CD editado por la OBS en su propio sello discográfico. Se encuadra este trabajo dentro del proyecto Atalaya, que las universidades andaluzas desarrollan en torno a la recuperación del patrimonio musical andaluz. De las casi mil obras que se han conservado de Iribarren en el archivo de la catedral malagueña destacan las escritas en lengua vernácula, que incluyen villancicos y cantatas para una o varias voces solistas con diferentes acompañamientos instrumentales, pues a los violines se unen en distintas agrupaciones oboes, trompas, flautas y clarines (trompetas en la denominación española de la época).

Las obras presentan la forma típica de la cantata italiana del tiempo, con dípticos recitativo-aria da capo, y asumen igualmente su característico virtuosismo belcantista. Si en el anterior disco dedicado a Iribarren, la dirección correspondió a un encendido y vehemente Diego Fasolis, aquí la batuta la coge Alfredo Bernardini, que se toma un punto más de distancia y trabaja con más cuidado las líneas, los matices en las dinámicas tenues y los adornos. No repite tampoco la volcánica María Espada, en mi opinión la mejor intérprete posible hoy día para esta música, pero la aragonesa Marta Almajano luce su buen estilo y su notable técnica y Lluís Vilamajó es el tenor comprometido y fino de siempre. Cabe en cualquier caso hacer una objeción a la OBS: los discos se grabaron en 2008 y 2009. El tiempo de posproducción es demasiado largo, y eso anula el efecto que causaría la relación inmediata de los cedés con los conciertos en que se presentaron estos mismos programas.
[Diario de Sevilla. 25-06-2011]



CARLOS BAGUER (1768-1808): SINFONÍAS
Orquesta Barroca de Sevilla
Concertino-director: Manfredo Kraemer

1. Obertura de El hijo pródigo
2. Sinfonía nº14 en mi bemol mayor
3. Sinfonía nº19 en si bemol mayor
4. Sinfonía nº15 en mi bemol mayor
5. Sinfonía nº5 en re mayor
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OBS PROMETEO OBS-004 (Diverdi) [60'29'']
Grabación: Noviembre de 2008 y agosto de 2009


Baguer: Obertura de El hijo pródigo. [5'29''] OBS. Kraemer


JUAN FRANCÉS DE IRIBARREN (1699-1767): PARDIOBRE!
Marta Almajano, soprano
Lluís Vilamajó, tenor
Orquesta Barroca de Sevilla
Director: Alfredo Bernardini

1. Yo soy aquel furor, cantada a dúo al Santísimo, con violines, oboe, flauta trabiesa, clarines y trompas (1757)
2. O Bienaventurada, cantada sol con violines de Navidad (1738)
3. Salbe O Señor Augusto, cantada de tenor al Santísimo con violines y clarines (1751)
4. Entrada arioso de Alados celestiales, villancico de kalendas al Santísimo con violines, oboes, trompas y clarines (1754)
5. Mil veces sea Bendito, villancico de Navidad cantada solo de tenor con violines, clarines y trompas (1760)
6. Pardiobre, cantada de Navidad con violines y oboe (1751)
7. Linea Señalo Dios, cantada de tenor a la Concepción con oboe, violín y clarines (1749)
8. Buele a ese Yncendio, cantada a dúo con violines al Santísimo Sacramento (1740)
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OBS PROMETEO OBS-003 (Diverdi) [62'42'']
Grabación: Diciembre de 2009


Iribarren: Aria a dúo Algo Ayroso de Yo soy aquel furor. [9'33''] Almajano, Vilamajó. OBS. Bernardini

lunes, 27 de junio de 2011

Encrucijada

[El Tannhäuser de Werner Herzog en el Maestranza (producción tristemente destruida) © Guillermo Mendo]
Corren malos tiempos para la lírica. El conjuro no funcionó. Por más que hace justo un año los responsables del Teatro de la Maestranza evitaran pronunciar su nombre, la crisis le está golpeando con dureza, poniendo en riesgo un proyecto relanzado con las importantes obras de ampliación del coliseo terminadas en 2007. En solo dos años el presupuesto de programación se ha reducido en casi un 40%, de los 5,3 millones de euros de la temporada 2009-10 a los 3,2 de la próxima.

En época de ajustes drásticos era inevitable que los recortes llegaran a la cultura y acabaran afectando incluso a las instituciones privilegiadas por el sector público por su carácter estratégico. El problema no es obviamente solo del Maestranza, ni de España: son muchos los proyectos musicales que se tambalean, tanto en Europa, con su modelo predominante de subvención (o inversión) institucional, como en Estados Unidos, donde domina el mecenazgo privado, que no ha podido evitar la desaparición en los últimos meses de un buen puñado de orquestas sinfónicas (de Honolulú a Nuevo México o Siracusa), mientras otras, algunas incluso verdaderamente históricas, como la de Filadelfia, pasan por serios apuros.

Lo que está en juego en el caso sevillano no es tanto la supervivencia del Maestranza, algo que parece fuera de toda duda razonable, cuanto la continuidad y crecimiento de un proyecto reconocible, capaz de poner a Sevilla en el mapa lírico internacional. El Maestranza acaba de cumplir 20 años. Nació casi como un receptáculo de contenidos ajenos a la propia ciudad, pero enseguida esta los hizo suyos. A José Luis Castro tocó la tarea de recuperar la histórica tradición operística hispalense, quebrada bruscamente en los años 50 del pasado siglo. Y lo hizo, con no muchos medios, a través de un repertorio básico y anteponiendo calidad a cantidad, lo que favoreció el surgimiento de una afición que muchos consideraban extinta.

Consolidada la apuesta por espectáculos asimilables a los que podían verse en los grandes teatros occidentales, hacía falta ensanchar la propuesta, y ello en un doble sentido: incrementando el número de títulos presentados anualmente y estirando el repertorio hacia sus extremos barroco y contemporáneo. Ese horizonte requería una más generosa inversión, que fue lo que se encontró Pedro Halffter a su llegada a la dirección artística del teatro en 2004. Con más medios, Halffter estuvo en disposición de diseñar una programación más audaz, que supuso la apuesta por obras no demasiado conocidas, que en algunos casos eran estrenos en España. Así, subieron a las tablas del Maestranza Lulú de Berg, El sonido lejano de Schreker, Doktor Faustus de Busoni, El enano y Una tragedia florentina de Zemlinski o La mujer silenciosa de Strauss. Paralelamente, la apertura a lo antiguo trajo el Julio César de Haendel, la Partenope de Vinci y ha convertido en habitual la presencia de la Orquesta Barroca de Sevilla en la temporada del teatro.

Es ese proyecto el que la crisis ha puesto en serio peligro. No ya solo el número de títulos ofrecidos (6 de ópera representados en la sala principal, además de 3 más en versión de concierto, y 2 representados en la Manuel García, en la 2009-10; 4, 2 y 0, respectivamente, para el año 2011-12), sino la novedad de las propuestas (el recurso a las reposiciones se ha hecho ahora necesario) y la audacia en la elección de los montajes y las obras. Hay menos dinero, pero la calidad y el repertorio deberían ser ya conquistas irrenunciables del teatro. Es un mal asunto que la dirección artística caiga en un populismo que puede terminar haciendo el producto del Maestranza indistinguible del de tantos otros centros provincianos.

Para evitarlo se impone desde luego un cambio en el modelo de financiación, con un peso cada vez mayor del patrocinio privado que venga a sustituir compensar el retraimiento del dinero público. Una ley de mecenazgo ayudaría, pero también el mantenimiento de un proyecto que haga atractiva la inversión, vinculando la marca del Maestranza con la modernidad, la originalidad, la innovación, la polivalencia, la flexibilidad, el talento. Valores que cotizan en el mercado del futuro.
[Diario de Sevilla. 26-06-2011]

lunes, 20 de junio de 2011

Los aztecas en Venecia

[Motezuma de Vivaldi por Alan Curtis en el Maestranza. © Guillermo Mendo]
Los archivos de la Sing Akademie de Berlín que acabaron en Kiev después de la Segunda Guerra Mundial reservaban algunas sorpresas a los investigadores. No sólo el legado preservado por Bach y administrado por su hijo Emanuel, no sólo partituras de otros muchos compositores alemanes del siglo XVIII, sino incluso una ópera de Vivaldi que se consideraba perdida. Motezuma había sido estrenada por el compositor en el Teatro San Angelo de Venecia en 1733 y no parece que volviera a representarse ni siquiera en vida del músico. Se preservó, eso sí, el libreto, que sirvió a Jean-Claude Malgoire para una reconstrucción completa y al cubano Alejo Carpentier para construir en 1974 una deliciosa fantasía novelística, Concierto Barroco.

En la colección berlinesa, la obra sobrevivió incompleta, sólo el acto II y algunos números sueltos de los otros dos actos. Analizada por musicólogos soviéticos cuando el repertorio barroco era poco más que una extravagancia, la partitura fue arrumbada y parecía definitivamente olvidada hasta que en 2002 aquellos archivos, que en Occidente se creían desaparecidos, fueron devueltos a Alemania. Fue entonces cuando el musicólogo Steffen Voss anunció el descubrimiento de Motezuma. Inmediatamente el interés por la obra atrajo a muchos intérpretes. Entre ellos fue el director americano Alan Curtis el que más entusiasmo mostró, poniéndose a trabajar en ella con el concurso del violinista y también musicólogo Alessandro Ciccolini, quien adaptó arias de otras óperas del compositor para sustituir a las desaparecidas, compuso los recitativos perdidos y completó otras lagunas del manuscrito berlinés. Curtis grabó la ópera así reconstruida para Archiv, la llevó por medio mundo (incluido el Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde la presentó en versión de concierto en noviembre de 2007) y la hizo subir a la escena con una producción de Stefano Vizioli para el Comunale de Ferrara, donde se vio en enero de 2008, producción que documenta este doble DVD de Dynamic.

La obra de Vivaldi se ajusta a todas las convenciones, musicales y temáticas, del género. Considerada la primera ópera ambientada en América, Motezuma no tiene obviamente pretensiones historicistas: los conflictos derivados de la conquista de México se desarrollan por vericuetos sentimentales entre iguales y tienen un final feliz. El trabajo de Vizioli, que pretende enfatizar el choque civilizatorio mediante la simbología religiosa, resulta en general limpio y eficaz, permitiendo a los solistas el despliegue de virtuosismo que requiere una partitura en la que Vivaldi viró hacia los postulados belcantistas de la escuela napolitana. Curtis dirige con la pasión, el brillo y la falta de refinamiento acostumbrados y el equipo vocal (Vito Priante, Mary-Ellen Nesi, Laura Cherici, Franziska Gottwald, Theodoroa Baka, Gemma Bertagnoli) resulta excelente.
[Diario de Sevilla. 18-06-2011]


ANTONIO VIVALDI (1678-1741): MOTEZUMA
dramma per musica en tres actos con libreto de Girolamo Alvise Giusti, reconstruida por Alessandro Ciccolini y editada por Alan Curtis

Vito Priante, bajo (Motezuma)
Mary-Ellen Nesi, mezzosoprano (Mitrena)
Laura Cherici, soprano (Teutile)
Franziska Gottwald, mezzosoprano (Fernando Cortés)
Theodora Baka, soprano (Ramiro)
Gemma Bertagnolli, soprano (Asprano)

Il Compleso Barocco
Director: Alan Curtis

Director de escena: Stefano Vizioli
Escenografía: Lorenzo Cutuli
Vestuario: Anne Marie Heinreich
Iluminación: Nevia Cavina

Director de vídeo: Davide Mancini

Producción del Teatro San Carlos de Lisboa.

Bonus: Entrevistas y documental sobre la producción

Subtítulos en italiano, inglés, alemán, francés y español
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2 DVD Dynamic 33586 (Diverdi) [75'08'' - 77'45'' - 20'13'' (Bonus)]
Grabación: Enero de 2008



martes, 14 de junio de 2011

Las músicas de Góngora


El conjunto cordobés Cinco Siglos refleja en este disco una de sus principales preocupaciones de los últimos años: investigar el entorno musical del poeta Luis de Góngora. Son gallardas, correntas, pasacalles, jácaras y otras piezas instrumentales del siglo XVII, algunas atribuidas al propio Góngora, improvisadas otras directamente a partir de sus bajos, las que aquí se presentan en interpretaciones de extraordinaria variedad tímbrica (violín, violonchelo, flautas, guitarras, bandurrias, colascione, percusiones), gracilidad y frescura. Un espléndido ensayo de Antonio Torralba completa la oferta.
[Diario de Sevilla. 11-06-2011]


CUERDAS MUEVE DE PLATA. GÓNGORA MÚSICO
Cinco Siglos
Director: Miguel Hidalgo

Antonio Torralba, flautas
Gabriel Arellano, violín
José Ignacio Fernández, bandurrias renacentista y barroca
Daniel Sáez, violonchelo y colachón
Antonio Sáez, percusión
Miguel Hidalgo, guitarras renacentista y barroca
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FONORUZ CDF-2395 (Gaudisc) [45'30'']
Grabación: Agosto de 2006, Julio de 2008 y Febrero de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

El arpa sagrada

[Joel Frederiksen. © Eric Larrayadieu]
En 1844, Benjamin Franklin White, un baptista ferviente que había nacido en 1800 en Carolina del Sur, publicó The Sacred Harp, una recopilación de cantos que acabaría dando nombre a un estilo de composición. Se trataba de una música arcaica, escrita habitualmente a tres voces, pero con el cantus firmus todavía en el tenor y un recurso a cuartas y quintas paralelas que la tradición europea había desdeñado hacía tiempo. Las obras se publicaban además siguiendo un particular sistema de notación de cuatro notas, que sirvió para enseñar música en multitud de escuelas de canto americanas entre finales del siglo XVIII y la década de 1860.

La música del arpa sagrada es uno de los argumentos del último disco para Harmonia Mundi de Joel Frederiksen y su conjunto. Frederiksen es un músico singular, bajo de sugerente y hermosa voz, que lleva un lustro dedicado muy especialmente a cantar acompañándose él mismo con el laúd y a sondear en el repertorio de la música folclórica antigua, como mostró en su celebrado debut para la multinacional francesa (The Elfin Knight, con baladas y danzas inglesas). Siguió luego un CD, acaso menos conseguido, sobre la música florentina del siglo XVI, pero para su nuevo trabajo, Frederiksen vuelve al folk anglosajón con un paseo por los orígenes de la música estadounidense, desde la época de la Independencia a la Guerra Civil.

El CD está dividido en seis secciones e incluye un repertorio notablemente variado que se mueve entre los cantos patrióticos, las piezas del conocido como padre de la música coral americana, William Billings (incluido su God is the king, obra singular del músico por requerir un acompañamiento instrumental indeterminado), la propaganda política para tiempo de guerra y los himnos de algunas congregaciones religiosas (especialmente, la de los shakers, grupo fundamentalista cristiano que se organizaba en comunidades estrictamente segregadas por sexo). Además de los nombres de White y Billings, también aparecen piezas de algunos pioneros de la música norteamericana, como Philip Phile, autor de la marcha que acompañó la investidura de George Washington como presidente de la nación, Stephen Collins Foster, el cantautor más conocido de mediados del XIX, o Massah M. Warner, que fue organista en Filadelfia.

El Ensemble Phoenix Munich está formado aquí por un cuarteto vocal y otro cuarteto instrumental (violín, flauta, violonchelo y guitarra), aunque Fredriksen se acompaña también con su propia guitarra y el tenor Timothy Leigh Evans incorpora diferentes instrumentos percutivos. Con todo, la mayor parte del programa está cantado a cappella, con diferentes agrupaciones de voces. El contraste entre la austeridad de los espirituales, la delicadeza de los temas más clásicos y el aire de balada folclórica que impregna buena parte de la recopilación es uno de los principales alicientes de un álbum lleno de frescura, audacia e inteligencia.
[Diario de Sevilla. 11-06-2011]



ROSE OF SHARON: 100 YEARS OF AMERICAN MUSIC. 1770-1870

Ensemble Phoenix Munich
Director: Joel Frederiksen

Lydia Brotherton, soprano
Deborah Rentz-Moore, mezzosoprano
Timothy Leigh Evans, tenor, precusión
Joel Frederiksen, bajo, guitarra

Karen Walthinse, violín
Andreas Haas, flauta
Domen Marinčič, violonchelo
Axel Wolf, guitarra

1. Anónimo (espiritual shaker): Lay me low

THE BATTLE FOR FREEDOM
2. Benjamin Franklin White (1800-1879): The Morning Trumpet
3. Henry Carey (1687-1743): He comes, the hero comes!
4. Philip Phile (1734-1793): The President's March
5. Anónimo americano (c.1790): The Death of General Wolfe (arreglada por de Joel Frederiksen)
6. Anónimo irlandés (c.1780): Jefferson and Liberty (The Gobby O)

THE FATHER OF AMERICAN CHORAL MUSIC
William Billings (1746-1800):
7. America
8. God is the king
9. I am the rose of Sharon

SHAPE NOTES AND SINGING SCHOOLS
10. Anónimo inglés (1907): The Gentleman Soldier
11. Anónimo (Tennessee Harmony, 1818): Leander [Isaac Watts]
12. Anónimo escocés: Drundelgie
13. Jeremiah Ingalls (1764-1828): Northfield
14. Anónimo: Captain Kidd (arreglada por de Joel Frederiksen)
15. William Walker (1809-1875): Wondrous Love

SHAKER SPIRITUALS
Anónimo:
16. Come life, Shaker life
17. O love, sweet love
18. Now, my dear companions
19. Who will bow and bend like a willow
20. My carnal life
21. Stubborn Oak
22. 'Tis the gift to be simple

MUSIC FROM THE CIVIL WAR
23. Anónimo: The Army of the Free [Frank H. Norton]
24. Anónimo: Maryland, my Maryland [James R. Randall]
25. Joseph Philbrick Webster (1819-1875): Lorena [H.D.L. Webster]
26. Daniel Decatur Emmett (1815-1904): Dixie's Land
27. Al Wood (1958): Dance me a Jig

REVIVAL MEETINGS AND SPIRITUALS
28. Stephen Collins Foster (1826-1864): Hard times come again no more
29. Anónimo (tradicional): Sinner Man (arreglada por Joel Frederiksen)
30. Massah M. Warner (1836-1900): Hear, O Lord, when I cry
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HARMONIA MUNDI HMC 902085 [71'45'']
Grabación: Mayo de 2010


Sinner Man. [4'08''] Ensemble Phoenix Munich. Joel Frederiksen

O Sinner man, where are you going to run to?
All on that day.

Run to the moon, o moon won't you hide me?
All on that day.
The Lord said: O sinner man, the moon'll be a-bleeding.
All on that day.

Run to the stars. O stars won't you hide me?
All on that day.
The Lord said: O sinner man, the stars'll be a-falling.
All on that day.

Run to the sea. O sea won't you hide me?
All on that day.
The Lord said: O sinner man, the sea'll be a-sinking.
All on that day.

Run to the Lord. O Lord won't you hide me?
All on that day.
The Lord said: O sinner man, you ought to've been a-praying.
All on that day.

Run to Satan. O Satan won't you hide me?
All on that day.
Satan said: O sinner man, step right in!
All on that day.

martes, 7 de junio de 2011

Los estilos nacionales


Mañana a las seis de la tarde hablaré en el Centro Cultural Santa Clara de Sevilla sobre los estilos nacionales en el Barroco, y luego haré una presentación del programa que tocarán inmediatamente después Wilbert Hazelzet y Passamezzo Antico.

Están todos invitados.

Aprovechen, que es gratis, y esto se acaba...

lunes, 6 de junio de 2011

Aquel chico malo

[George Antheil en 1932]
Cuando George Antheil (Trenton, Nueva Jersey, 1900 - Nueva York, 1959) llega a Europa en 1922 lo hace con fama de virtuoso del piano, pero él, apoyado por una poderosa mecenas americana, Mary Louise Curtis Bok, fundadora del famoso Curtis Institute of Music, irrumpe con la intención de convertirse en el foco de atención de la vanguardia de su época, por lo que inmediatamente se declara dadaísta y empieza a relacionarse con todo lo más granado del mundo artístico del viejo continente (Picasso, Man Ray, Joyce, Satie, Stravinski...).

Su antirromanticismo radical, que compartía con Stravinski, lo conduce al mundo del futurismo con obras como Airplane Sonata, Mechanisms, Sonata Sauvage, Death of Machines o la Jazz Sonata hasta que la presentación en 1926 de su Ballet mécanique lo convierten en la gran figura musical del momento. La obra es a la vez un éxito y un escándalo y eso que entonces se ofreció una versión reducida a la inicialmente prevista por el músico, que incluía ocho pianos, una sirena, campanas eléctricas y un motor de avión. Pasado el furor dadaísta, Antheil vira hacia un neoclasicismo de corte stravinskiano que se aprecia ya en su Concierto para piano de 1927 y se reafirma en su primer trabajo operístico, Transatlantic, una visión mordaz del american way of life que tiene una acogida favorable, pero no fervorosa, en su presentación (Fráncfort, 1930). En 1933, Antheil vuelve a Estados Unidos y una nueva vida se inicia para él.

Cuando en 1945 escribe su autobiografía la titula Bad boy of music (Chico malo de la música), pero lo cierto es que para entonces su producción artística se ha plegado definitivamente al gusto del público americano. Tras el fracaso de su segunda ópera (Helen retires, Nueva York, 1934) y el abandono de su mecenas, el compositor marcha a Hollywood para ganarse la vida componiendo bandas sonoras de películas (dejó treinta y tres en todos los géneros), mientras sigue componiendo música de concierto y escénica. En 1954, escribe tres óperas breves en un acto, entre las que se cuenta The Brothers (Los hermanos), que se estrenó en Denver y fue rescatada 55 años después de su estreno por la Orquesta Sinfónica de Bochum. CPO ofrece ahora la grabación de aquel rescate.

Los hermanos es una ópera en tres escenas basada en la historia bíblica de Caín y Abel, traspasada a un medio obrero de la América de posguerra. Con orquestación camerística, la música nace de un compromiso entre el neoclasicismo europeo y el fácil melodismo del musical americano y, aunque no resulta una obra inolvidable, se escucha con agrado y sirve para constatar que en arte los caminos personales de ida y vuelta son más comunes de lo que nos parece. O cómo el enfant terrible que un día amenazó con una pistola al público de un concierto que no dejaba de alborotar, pasado el tiempo, se dedicó a complacer los oídos de aquellos a los que antaño soñó con escandalizar.
[Diario de Sevilla. 4-06-2011]


GEORGE ANTHEIL (1900-1959): THE BROTHERS (LOS HERMANOS)
ópera en un acto con libreto de George Antheil basado en el relato bíblico de Caín y Abel

Rebecca Nelsen, soprano (Mary)
Ray M. Wade Jr., tenor (Abe)
E. Mark Murphy, tenor (Jim)
William Dazeley, barítono (Ken)
Piotr Prochera, barítono (Ron)

Bochumer Symphoniker
Director: Steven Sloane
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CPO 777 545-2 (Diverdi) [54'12'']
Grabación: Diciembre de 2009


Antheil: Interludio y principio de la Escena 3ª de The Brothers. [7'05''] Solistas. Orquesta Sinfónica de Bochum. S. Sloane

miércoles, 1 de junio de 2011

El nombre del hijo

[Andreas Staier. © Álvaro Yáñez]
Carl Philip Emanuel Bach fue el segundo hijo de Johann Sebastian y su primera esposa, Maria Barbara. Nacido en Weimar en 1714, el tiempo lo ha convertido en el segundo miembro de la familia más conocido y apreciado por los aficionados, después obviamente de su padre, a quien sin embargo superó en popularidad y prestigio en vida. La carrera musical de Bach está dividida en dos partes bien diferenciadas. En 1738 entró como clavecinista al servicio del rey Federico de Prusia, con la misión muy específica de acompañar los solos de flauta del monarca. A pesar de que el sueldo era escaso y las posibilidades de promoción y de difusión de su propia obra muy limitadas, se mantuvo en el puesto hasta 1767, cuando Federico le permitió (¡por fin!) abandonar sus funciones para atender la llamada de la ciudad de Hamburgo, que le ofrecía el cargo de Kantor y director de música, en el que sucedería al recién fallecido Telemann, quien, curiosidades del destino, había sido su padrino.

En Hamburgo, Bach permanecería hasta la fecha de su muerte (1788), componiendo gran cantidad de obras religiosas, conciertos, sinfonías y piezas de cámara. La ciudad, próspera y cosmopolita, supuso para el músico un verdadero alivio después de la asfixiante vida pasada en la corte berlinesa. Entre sus publicaciones de entonces destacan estos 6 conciertos para clave, catalogados como Wq.43, que vieron la luz en la propia Hamburgo en 1772 y que ahora han grabado Andreas Staier y la Orquesta Barroca de Friburgo para el sello Harmonia Mundi.

La decisión de publicar conciertos para tecla era bastante audaz en la época (el mismo Mozart sólo publicó tres en toda su vida), pues los costes eran elevados y el virtuosismo del género lo hacía poco atractivo para los aficionados, que eran los grandes consumidores de la música editada del tiempo. Acaso por ello, Bach publicó estas obras como seis conciertos fáciles, aunque de fáciles no tenían nada. En cualquier caso, son piezas que tienen algunas singularidades: en primer lugar, están inequívocamente escritas para el clave (en la época, empezaban a ser habituales publicaciones más genéricas, sin concretar el instrumento, por la pujanza que empezaba a ganar el piano); en segundo lugar, se trata de obras cíclicas, en las que los tres movimientos están estrechamente relacionados no sólo por el uso de motivos más o menos comunes, sino porque figuran escritos paras ser tocados sin solución de continuidad (la indicación attacca al final de cada tiempo así lo marca), un carácter cíclico que incluso marca la colección en sí misma; en tercer lugar, las cadencias están completamente escritas.

Se trata de música que empieza a abandonar las aguas tranquilas del estilo galante para aproximarse a terrenos más convulsos, de mayor hondura expresiva y con contrastes mucho más audaces. Las obras se han grabado bastante, pero lo que hacen Staier y los Barrocos de Friburgo con ellas es auténticamente milagroso, una mezcla de la precisión del bisturí y la fuerza desbordante del volcán.
[Diario de Sevilla. 28-05-2011]


CARL PHILIPP EMANUEL BACH (1714-1788): SEI CONCERTI PER IL CEMBALO CONCERTATO WQ 43

Andreas Staier, clave
Freiburger Barockorchester
Directora: Petra Müllejans

CD 1
1. Concierto nº1 en fa mayor
2. Concierto nº2 en re mayor
3. Concierto nº3 en mi bemol mayor

CD 2
1. Concierto nº4 en do menor
2. Concierto nº5 en sol mayor
3. Concierto nº6 en do mayor
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2 CD HARMONIA MUNDI HMC 902083.84 [50'55'' - 43'45'']
Grabación: Mayo de 2010

CPE Bach: Concierto para clave en fa mayor WQ 43 nº1. (I. Allegro di molto. II. Andante. III. Prestissimo) [13'41''] Andreas Staier. Freiburger Barockorchester. Petra Müllejans