viernes, 26 de octubre de 2012

Esperando a Fígaro

[René Jacobs. @Marco Borgrevve]
Cuando en 1774 recibe el encargo del elector de Baviera de poner música a una comedia sobre el mismo tema que Pasquale Anfossi acababa de tratar para el carnaval de Roma, Mozart solo había tenido una experiencia anterior con la ópera bufa, La finta semplice, una obra muy primaria tanto dramática como musicalmente, que había escrito para Salzburgo cinco años antes, aún adolescente. Ahora, a sus 18 años y habiendo pasado la prueba de varias óperas serias, el compositor está ya en disposición no solo de resolver con eficacia teatral el típico y convencional libreto de enredos sentimentales, ocultaciones, fingimientos y lucha de sexos con final feliz (triples bodas), sino de profundizar en los caracteres psicológicos de los personajes e incluso de mirar con cierta ironía a un género que estaba en plena efervescencia.

La finta giardiniera (La jardinera fingida) se estrenó en Múnich, quizá en el Teatro del Salvador, en enero de 1775 y solo conoció tres representaciones. Leopold Mozart habló de gran éxito y atribuyó a oscuras intrigas la rápida retirada del título. En 1779 Johann Heinrich Böhm, amigo del compositor, transformó la obra, traducida al alemán, en un singspiel y la incluyó en el repertorio de su compañía. En este nuevo formato, la comedia conoció varias producciones a finales de los años 80. En 1796, ya fallecido el compositor, la obra conoció una nueva versión, que fue ofrecida en Praga "como una ópera de Mozart jamás representada en ninguna escena". De aquella versión checa han sobrevivido dos copias, posiblemente una basada en la otra; en ambas se ofrece la ópera con algunos cortes y una orquestación extendida, más rica, que se ajusta perfectamente al estilo del Mozart tardío, aunque aún se discute su autoría.

La gloriosa trilogía con libretos de Da Ponte que inaugurará Las bodas de Fígaro en 1786 aún queda lejos, pero en esta obra juvenil se adivina ya el talento de Mozart para dar verosimilitud dramática incluso a los personajes y las situaciones más inverosímiles y ridículos, mezclando comedia y tragedia de una forma naturalista que, en efecto, adelanta el estilo y la atmósfera de sus mejores obras.

Siguiendo su extraordinario recorrido por la música operística del compositor, René Jacobs se acerca aquí a la versión revisada de Praga de La finta giardiniera, pero restituyendo los cortes. Su interpretación, al frente de una soberbia Orquesta Barroca de Friburgo y, como es habitual en la serie, con un fortepiano para los recitativos (que aquí toca Sebastian Wienand), tiene la intensidad que el director belga aplica a todo su Mozart, la vitalidad que transmiten articulaciones nítidas y acentos y contrastes agudos, la fantasía que nace de la libertad otorgada a los cantantes para las ornamentaciones, la teatralidad que bulle en un ritmo endemoniado, pero sobre el que jamás pierde el control. El elenco (Sophie Karthäuser, Jeremy Ovenden, Alex Penda, Marie-Claude Chappuis, Nicolas Rivenq, Sunhae Im y Michael Nagy), joven y competente, completa un trabajo de absoluta referencia para el futuro.
[Diario de Sevilla. 13-10-2012]


WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): LA FINTA GIARDINIERA
opera buffa en tres actos con libreto anónimo (posiblemente de Giuseppe Petrosellini)
[Versión Námèšt’ (Praga, 1796)]

Sophie Karthäuser, soprano (Sandrina [Violante])
Jeremy Ovenden, tenor (Contino Belfiore)
Alex Penda, soprano (Arminda)
Marie-Claude Chappuis, mezzosoprano (Cavaliere Ramiro)
Nicolas Rivenq, barítono (Podestà)
Sunhae Im, soprano (Serpetta)
Michael Nagy, bajo (Roberto [Nardo])
Freiburger Barockorchester
Director: René Jacobs
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3 CD HARMONIA MUNDI HMC 902126.28 [80'16'' - 74'48'' - 30'13'']
Grabación: Septiembre de 2011


Mozart: "Geme la tortorella", cavatina del Acto I de La finta giardiniera. [5'00''] Sophie Karthäuser. Freiburger Barockorchester. René Jacobs


Geme la tortorella 
lungi dalla compagna, 
del suo destin si lagna 
e par che in sua favella, 
vogli destar pietà.

Alejada de su compañero
gime la paloma;
de su destino se lamenta
y pareciera que, en su idioma,
quisiera implorar piedad. 

sábado, 20 de octubre de 2012

Españoles en el mundo: Viena

Entre tanta catástrofe de quita y pon, tanto profeta del Apocalipsis y tanto salvador de la patria, España produce todavía talento artístico exportable. El mejor sello de música clásica del mundo (y esto no es información, sino opinión), Harmonia Mundi, lleva años trabajando con algunos de los mejores, el pianista Javier Perianes y el Cuarteto Casals, cuyos últimos trabajos tienen por referencia la ciudad de Viena en los primeros años del siglo XIX.

LA TEMPESTAD LÍRICA DE PERIANES

No tenía fácil Javier Perianes hilvanar un disco con sonatas beethovenianas en Harmonia Mundi, habida cuenta de que está reciente la integral publicada por una de las estrellas de la casa, el británico Paul Lewis. Sin embargo, el gran artista onubense dejó claro ya en más de una ocasión que su Beethoven es tan bueno como el de cualquiera, que tiene muchas cosas que decir en una música como esta, frecuentada por los más grandes. Al final, su registro se organiza en torno a la idea del moto perpetuo, y para ello ha seleccionado las Sonatas nos. 12, 17, 22 y 27 (el concepto del disco habría admitido la inclusión de otras diferentes, pues la idea de movimiento perpetuo aparece constantemente en la música beethoveniana).

Es el de Perianes un Beethoven que sin obviar la belleza de su sonido (esas gamas por debajo del mezzopiano, absolutamente mágicas y casi imposibles de escuchar en otro pianista de nuestros días) se asienta sólido en su arquitectura, en su implacable planificación, pero también en una flexibilidad de fraseo soberbia y un lirismo extraordinario, que culmina en ese maravilloso rondó final de la Op.90. Los tempi son en general rápidos, sin que los movimientos lentos caigan en el ensimismamiento, pero eso no resta ni un ápice de tensión dramática a momentos como la Marcha fúnebre sobre la muerte de un héroe de la Op.26 ni enérgica expresividad a La Tempestad, de poderosos y sugerentes claroscuros.
[Diario de Sevilla. 29-09-2012]

LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827): MOTO PERPETUO
Javier Perianes, piano

1. Sonata para piano nº12 en la bemol mayor Op.26 Marcia funebre
2. Sonata para piano nº22 en fa mayor Op.54
3. Sonata nº17 en re menor Op.31 nº2 The Tempest
4. Sonata nº27 en mi menor Op.90
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HARMONIA MUNDI  HMC 902138 [69'55'']
Grabación: Diciembre de 2011


Beethoven: II. Rondo de la Sonata nº27. [7'33''] Javier Perianes



DOS SCHUBERT EN UNO

Apenas trece años separan el Cuarteto nº10 en mi bemol mayor D.87 y el nº15 (y último) en sol mayor D.887 de Franz Schubert, todo un mundo para un compositor tan precoz y de vida tan corta como el vienés. El D.87 es en efecto la obra de un adolescente de apenas 16 años que aún tiene en mente el genio mozartiano (ese Adagio) pero que se aventura ya hacia una sonoridad más amplia y generosa que acabará por fecundar, en su dedicación tardía al género,algunas de las obras más geniales de la historia del camerismo, entre las que sin duda el Cuarteto nº15 ocupa un lugar destacado por sus dimensiones y sus conflictos.

El Cuarteto Casals se acerca por primera vez en CD a Schubert con estas dos piezas tan diferentes entre sí. En una música que va de la jovialidad un tanto despreocupada de la primera a la intensidad dramática de la segunda, escrita casi toda en modo menor, el conjunto español muestra que su prestigio internacional no es producto de la casualidad. El empaste, el equilibrio y la belleza del sonido han adquirido la marca de los grandes, pero es todavía mejor la capacidad de matizar la expresión, de profundizar en el sentido de cada frase sin perder la perspectiva del conjunto, todo hecho además de frente, con articulaciones nítidas y acentos bien marcados, sin portamenti de apoyo ni fraseo tembloroso. La cantabilidad y el lirismo más apaciguadores se engarzan con la más dramática intensidad de forma rotunda, sobria, pero elegante.
[Diario de Sevilla. 29-09-2012]

FRANZ SCHUBERT (1797-1828): STRING QUARTETS D.87 & D.887
Cuarteto Casals
Vera Martínez Mehner, violín
Abel Tomàs Realp, violín
Jonathan Brown, viola
Arnau Tomàs Realp, violonchelo

1. Cuarteto de cuerdas nº10 en mi bemol mayor Op.125 D.87
2. Cuarteto de cuerdas nº15 en sol mayor Op.161 D.887
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HARMONIA MUNDI HMC 902121 [71'55'']
Grabación: Junio de 2011


Schubert: IV. Allegro assai del Cuarteto nº15. [10'07''] Cuarteto Casals

miércoles, 17 de octubre de 2012

El compositor espía

[Donna Leon y Cecilia Bartoli en misión promocional]
A pesar de las consignas publicitarias que acompañan el lanzamiento del último trabajo de la mezzo romana Cecilia Bartoli, Agostino Steffani (1654-1728) no es en absoluto un compositor desconocido ni olvidado. No tiene obviamente la fama de los más célebres músicos del Barroco, pero su causa ha sido defendida en los últimos años por grandes intérpretes, su nombre es bien conocido por los buenos aficionados y cualquier búsqueda por la red proporcionará al curioso datos suficientes sobre su vida y su obra, incluidas no menos de veinte referencias discográficas.

Nacido en el norte de Italia, Steffani desarrolló casi toda su carrera en Alemania, entre Múnich, Hannover y Düsseldorf, compaginando su tarea artística con el sacerdocio y con diversas empresas diplomáticas. Su existencia se complicó por ello con tramas en las que los más altos asuntos de estado se mezclaban con el espionaje, los lances de alcoba y hasta los crímenes, lo que llamó la atención de la escritora estadounidense Donna Leon, que le ha dedicado su última novela, Las joyas del paraíso, puesta a la venta (en España, editada por Seix Barral) a la vez que el CD, en una sinergia literario-musical que no es novedad en el mercado, pero sí poco habitual.

El prestigio actual de Steffani se sustenta sobre todo en sus dúos de cámara, ya que sus óperas, que rondan la veintena, han sido poco frecuentadas, si bien existe alguna grabación completa (Orlando generoso, por ejemplo, fue registrada hace poco en el sello MDG) y abundan las antologías, en algunos casos dedicadas a sus muy interesantes oberturas (como la de los Sonatori de la Gioiosa Marca para Divox). Steffani ocupa un lugar intermedio entre el desarrollo del belcanto asociado a Cavalli y su posterior materialización en un Haendel, pero a esto añade su conocimiento del estilo francés, que empleó con frecuencia, por lo que se adaptó a la perfección a ese gran crisol musical que fue la Alemania de su tiempo (todas sus óperas se estrenaron en tierras del Imperio, algunas incluso traducidas al alemán).

En Steffani no se encuentran aún las grandes arias da capo dieciochescas: suelen ser más bien breves, aunque muy bien concebidas para la voz (el compositor se formó como cantante, e incluso se ha sugerido que pudo ser un castrato), y no faltan en ellas ni un delicado lirismo melódico ni los adornos más exigentes, que permiten a Cecilia Bartoli explotar su bien conocido armamento de espectaculares agilidades ornamentales a la vez que hacer gala de ese canto spianato con la que no se la relaciona tanto, pero que es ideal para las más íntimas confidencias. Apoyarse en el acompañamiento de Diego Fasolis e I Barocchisti es garantía de dramatismo, contraste y vitalidad. Participan también el estupendo Coro de la Radio Suiza de Lugano y el contratenor francés Philippe Jaroussky, que aporta a tres cuatro dúos la belleza sensual de su timbre y el refinamiento de su fraseo.
[Diario de Sevilla. 6-10-2012]


MISSION
Cecilia Bartoli, mezzosoprano
Philippe Jaroussky, contratenor (en 6, 12, 18 y 23)
Coro de la Radio Suiza de Lugano (en 7, 14 y 25)
I Barocchisti
Director: Diego Fasolis

Agostino Steffani (1654-1728):
1. "Schiere invitte, non tardate" de Alarico il Baltha, cioè L'audace re de' Gothi
2. "Ogni core può sperar" de Servio Tullio
3. "Ove son? Chi m'aita? In mezzo all'ombre...Dal mio petto" de Niobe, regina di Tebe 
4. "Più non v'ascondo" de Tassilone 
5. "Amami, e vederai" de Niobe, regina di Tebe
[Rosario Conte, laúd]
6. "T'abbraccio, mia Diva...Ti stringo, mio Nume" de Niobe, regina di Tebe
7. "Mie fide schiere, all'armi" de I Trionfi del fato - "Suoni, tuoni, il suolo scuota" de Arminio 
8. "Sposa, mancar mi sento...Deh non far colle tue lagrime" de Tassilone 
9. "Non prendo consiglio" de La Superbia d'Alessandro
10. "Si, si, riposa, o caro...Palpitanti sfere belle" de Alarico il Baltha, cioè L'audace re de' Gothi 
11. "Notte amica al cieco Dio" de La libertà contenta
12. "Combatton quest'alma" de I Trionfi del fato
13. "A facile vittoria" de Tassilone 
14. "Tra le guerre e le vittorie" de La superbia d'Alessandro
15. "Foschi crepuscoli" de La libertà contenta 
16. "Dell'alma stanca a raddolcir le tempre...Sfere amiche, or date al labbro" de Niobe, regina di Tebe
17. "La cerasta più terribile" de La lotta d'Hercole con Acheloo
18. "Serena, o mio bel sole...Mia fiamma...Mio adore" de Niobe, regina di Tebe
19. "Dal tuo labbro amor m'invita" de Tassilone 
20. "Deh stancati, o sorte" de La libertà contenta 
21. "Svenati, struggiti, combatti, suda" de La libertà contenta
22. "Padre, s'e colpa in lui" de Tassilone 
23. "Timori, ruine" de Le rivali concordi
24. "Morirò fra strazi e scempi" de Henrico Leone 
25. "Non si parli che di fede" de Marco Aurelio
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DECCA 478 4732 (Hardcover Edition en CD) / 478 4721 (LP) [80'28'']
Grabación: Noviembre de 2011 - Marzo de 2012


Steffani: "Ogni core può sperar" de Servio Tullio. [4'23''] Cecilia Bartoli. I Barocchisti. Diego Fasolis.

Ogni core può sperar; 
solo il mio dee lagrimar. 
La fortuna, ch’è tiranna, 
mi condanna 
a mai sempre sospirar. 

Todo corazón puede esperar; 
tan solo el mío debe llorar. 
La fortuna, que es tirana, 
me condena 
a estar siempre suspirando.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Del amor y la alegría

[Juanjo Mena. Cortesía: BSO]
El 2 de diciembre de 1949 la Orquesta Sinfónica de Boston dirigida por Leonard Bernstein estrenó en su sede del Symphony Hall la Sinfonía Turangalila de Olivier Messiaen, obra que Serge Koussevitzky juzgaba como la más importante del siglo desde La consagración de la primavera, aunque puede que Koussevitzky no fuera del todo imparcial, ya que, como titular del conjunto de Massachusetts, él había encargado la obra a Messiaen cuatro años antes. El público y la crítica americanos no fueron en cambio tan entusiastas en la recepción de una partitura que causó notable confusión incluso entre los compositores locales ("el monstruo de Messiaen", la llamó Aaron Copland). El medio artístico americano no parecía estar todavía preparado para una obra tan colosal como aquella, en diez movimientos y casi ochenta minutos de duración, con una orquestación, un colorido y una impronta rítmica de extraña singularidad.

Messiaen empleó más de tres años en dar forma a una obra que es el pilar central de su trilogía en torno a la leyenda de Tristán e Isolda, de la cual Harawi, para soprano y piano, y los Cinq rechants, para coro, serían comienzo y final. El título proviene de dos palabras del sánscrito, 'turanga' y 'lila', que según el propio compositor puede traducirse libremente como "canción de amor e himno a la alegría, el tiempo, el movimiento, el ritmo, la vida y la muerte". Aunque, como queriendo otorgarle a su composición una estructura formal de sinfonía, Messiaen empezó componiendo cuatro movimientos (que acabarían en los puestos 1, 4, 6 y 10 de la obra final), sus ideas desbordaban desde su misma concepción los presupuestos de la sinfonía clásica. La Turangalila exige una orquesta amplísima, con un descomunal equipo de percusionistas, además de un piano solista y un generador de ondas Martenot, un dispositivo electrónico que había inventado en 1928 el ingeniero francés Maurice Martenot. La escritura para el piano es tan virtuosística que Messiaen incluso sugirió la posibilidad de que la obra pudiera ser considerada como un concierto. La novedad de la obra supera en cualquier caso la originalidad de su instrumentación, y por tanto de su colorido, y tiene que ver con la riqueza de sus ritmos (en algunos casos, de raíz oriental, pero también jazzísticos) y la exuberancia melódica, que más que en "una canción de amor", como la concebía su autor, la convierten en un gran y gozoso divertimento de naturaleza puramente hedonística.

Recientes aún sus primeras grabaciones como titular de la Orquesta Filarmónica de la BBC, el vitoriano Juanjo Mena ha registrado para el sello Hyperion con la Filarmónica de Bergen, de la que es principal director invitado, una nueva versión de la Turangalila, con Steven Osborne en el piano y Cynthia Millar en las ondas Martenot. Su interpretación tiene ese gozoso desbordamiento de colores en perpetuo dinamismo, esa sensación de algo que es a la vez nuevo y grandioso, pero sencillo en sus pretensiones expresivas, que define a la obra y está en las mejores versiones que se hayan hecho nunca, de Ozawa a Salonen, Rattle o Chailly.
[Diario de Sevilla. 29-09-2012]


OLIVIER MESSIAEN (1908-1992): TURANGALILA SYMPHONIE
Steven Osborne, piano
Cynthia Millar, ondas martenot
Orquesta Filarmónica de Bergen
Director: Juanjo Mena

1. Introduction
2. Chant d'amour 1
3. Turangalîla 1
4. Chant d'amour 2
5. Joie du sang des étoiles
6. Jardin du sommeil d'amour
7. Turangalîla 2
8. Développement de l'amour
9. Turangalîla 3
10. Final
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HYPERION CDA67816 (Harmonia Mundi) [77'07'']
Grabación: Junio de 2011


Messiaen: X. Final de la Sinfonía Turangalila. [7'30''] Osborne, Millar. Orquesta Filarmónica de Bergen. Mena.