miércoles, 1 de junio de 2011

El nombre del hijo

[Andreas Staier. © Álvaro Yáñez]
Carl Philip Emanuel Bach fue el segundo hijo de Johann Sebastian y su primera esposa, Maria Barbara. Nacido en Weimar en 1714, el tiempo lo ha convertido en el segundo miembro de la familia más conocido y apreciado por los aficionados, después obviamente de su padre, a quien sin embargo superó en popularidad y prestigio en vida. La carrera musical de Bach está dividida en dos partes bien diferenciadas. En 1738 entró como clavecinista al servicio del rey Federico de Prusia, con la misión muy específica de acompañar los solos de flauta del monarca. A pesar de que el sueldo era escaso y las posibilidades de promoción y de difusión de su propia obra muy limitadas, se mantuvo en el puesto hasta 1767, cuando Federico le permitió (¡por fin!) abandonar sus funciones para atender la llamada de la ciudad de Hamburgo, que le ofrecía el cargo de Kantor y director de música, en el que sucedería al recién fallecido Telemann, quien, curiosidades del destino, había sido su padrino.

En Hamburgo, Bach permanecería hasta la fecha de su muerte (1788), componiendo gran cantidad de obras religiosas, conciertos, sinfonías y piezas de cámara. La ciudad, próspera y cosmopolita, supuso para el músico un verdadero alivio después de la asfixiante vida pasada en la corte berlinesa. Entre sus publicaciones de entonces destacan estos 6 conciertos para clave, catalogados como Wq.43, que vieron la luz en la propia Hamburgo en 1772 y que ahora han grabado Andreas Staier y la Orquesta Barroca de Friburgo para el sello Harmonia Mundi.

La decisión de publicar conciertos para tecla era bastante audaz en la época (el mismo Mozart sólo publicó tres en toda su vida), pues los costes eran elevados y el virtuosismo del género lo hacía poco atractivo para los aficionados, que eran los grandes consumidores de la música editada del tiempo. Acaso por ello, Bach publicó estas obras como seis conciertos fáciles, aunque de fáciles no tenían nada. En cualquier caso, son piezas que tienen algunas singularidades: en primer lugar, están inequívocamente escritas para el clave (en la época, empezaban a ser habituales publicaciones más genéricas, sin concretar el instrumento, por la pujanza que empezaba a ganar el piano); en segundo lugar, se trata de obras cíclicas, en las que los tres movimientos están estrechamente relacionados no sólo por el uso de motivos más o menos comunes, sino porque figuran escritos paras ser tocados sin solución de continuidad (la indicación attacca al final de cada tiempo así lo marca), un carácter cíclico que incluso marca la colección en sí misma; en tercer lugar, las cadencias están completamente escritas.

Se trata de música que empieza a abandonar las aguas tranquilas del estilo galante para aproximarse a terrenos más convulsos, de mayor hondura expresiva y con contrastes mucho más audaces. Las obras se han grabado bastante, pero lo que hacen Staier y los Barrocos de Friburgo con ellas es auténticamente milagroso, una mezcla de la precisión del bisturí y la fuerza desbordante del volcán.
[Diario de Sevilla. 28-05-2011]


CARL PHILIPP EMANUEL BACH (1714-1788): SEI CONCERTI PER IL CEMBALO CONCERTATO WQ 43

Andreas Staier, clave
Freiburger Barockorchester
Directora: Petra Müllejans

CD 1
1. Concierto nº1 en fa mayor
2. Concierto nº2 en re mayor
3. Concierto nº3 en mi bemol mayor

CD 2
1. Concierto nº4 en do menor
2. Concierto nº5 en sol mayor
3. Concierto nº6 en do mayor
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2 CD HARMONIA MUNDI HMC 902083.84 [50'55'' - 43'45'']
Grabación: Mayo de 2010

CPE Bach: Concierto para clave en fa mayor WQ 43 nº1. (I. Allegro di molto. II. Andante. III. Prestissimo) [13'41''] Andreas Staier. Freiburger Barockorchester. Petra Müllejans

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