Cómo sóis los puristas, que perdonais la vida a experimentos como éste desde vuestro altar. Por lo menos, lo hacéis con buenas palabras, aunque se nota el tono altivo y condescendiente. Y jazz lo que se dice jazz, nunca hizo Garbarek, pero bueno. . . [Todo sic y firmado por Garbaro]No tengo ni idea de si Garbaro me conoce, personalmente o por objeto o sujeto interpuesto, ha seguido mi trayectoria como crítico o me leía por primera vez, pero me resulta imposible imaginar el camino que le ha llevado a reconocerme como un "purista" y subirme a un altar (algo tan inadecuado tratándose de mí; en todo caso un podio). Por más que releo mi reseña tampoco encuentro ningún tono altivo ni condescendiente, aunque en fin, nunca se sabe, el azote de los puristas me advierte de que en realidad Jan Garbarek nunca hizo jazz, "pero bueno", me perdona la vida por esta vez... Así que no llegará la sangre al río: seguiré cogiendo el coche sin mirarle los bajos.
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martes, 19 de octubre de 2010
Tienes un comentario
Son tan inhabituales que cada vez que me topo con uno me emociono. No, los espacios que los periódicos digitales dedican todavía, y por no se sabe qué rara inercia, a la música clásica no suelen ser un hervidero de aficionados ansiosos por aportar su punto de vista sobre el particular. Salvo que te cisques en algún artista local. Entonces, sí. Familiares y amigos llegan en tropel. Pero como eso no suele ocurrir, las noticias, reseñas o comentarios críticos dedicados a conciertos, discos y acontecimientos musicales pasan por completo desapercibidos por la red. Así que cuando veo al pie de alguna de mis colaboraciones un comentario, se me saltan las lágrimas y ni que decir tiene que lo leo con muchísima atención. Algo así me pasó el sábado pasado en mi reseña crítica para Diario de Sevilla del disco recién aparecido en ECM de Jan Garbarek y The Hilliard Ensemble que ayer mismo traía al blog. Aunque fue una sorpresa relativa, ya que el contenido musical del CD, fronterizo entre lo que se suele entender como música clásica y las llamadas nuevas músicas, es propicio al comentario y al tópico, reconozco que leer a Garbaro me llenó de perplejidad. El comentario concreto, dejado el mismo sábado a las 09.58, era el siguiente:
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domingo, 17 de octubre de 2010
Proemio (in)necesario (o todo lo contrario)
Creé en mayo de 2008 El Martillo sin Dueño con la pretensión, acaso excesiva, de encontrar trabajo. O clientes, como prefieran. Para un free lance de la pluma (ejem), para alguien que se gana la vida exclusivamente con lo que escribe sobre un tema tan apasionantemente minoritario como el de la música clásica, el futuro se adivinaba muy oscuro, y ello como consecuencia fundamental de la crisis paralela de los periódicos tradicionales y de la industria del disco, a las que, no me cabía ninguna duda ya entonces, en breve habría de sumarse la contracción de las subvenciones públicas al sector musical, creando así una huracanada sinergia negativa de la leche que amenazaba con barrerme del mapa. Quiero decir con esto que traté de ser antes que nada profesional y que lo que buscaba era alcanzar la mayor difusión posible de mi trabajo cotidiano en diarios y revistas, con la esperanza de que se me conociera algo más en los ambientes musicales y de ello pudieran derivarse algunos encargos que compensaran la pérdida de tantos otros y la continua merma de poder adquisitivo consustancial a este trabajo (a los que lo compartan no será necesario decirles nada más; al resto, para qué). Pasados algo más de dos años, es difícil sacar conclusiones sobre si tan extravagante aspiración ha tenido más o menos éxito, aunque, contra el pronóstico de algunos, aquí sigo resistiendo; que a ello hayan contribuido de alguna forma el blog y sus fieles lectores (a los que tanto agradezco la fidelidad) es algo que dejo a la consideración de cada cual.
Planteé pues el blog como una plataforma profesional, y para hacerla más potente me marqué además el reto de la publicación diaria, incluidos fines de semana y meses de verano, un desafío que, disperso como suelo ser para tantas cosas, superé con disciplina y un sencillo esquema formal que a cualquiera que conozca el blog no será necesario explicar. Les cuento todo esto porque aquí empiezo un blog nuevo y deseo aclarar que aunque mantengo parte de la imagen del antiguo, las cosas serán diferentes. Al Martillo sin Dueño se le han caído las mayúsculas y con ellas la formalidad. Conservaré algunas rutinas y también el blog subsidiario en el que voy archivando mis colaboraciones en Diario de Sevilla, que nunca he dejado de actualizar, pero ni periodicidad ni esquema regular se repetirán en este nuevo formato. El contenido básico del blog seguirá por supuesto orientado hacia mi trabajo como crítico musical, por lo que aquí seguiré replicando muchas de las cosas publicadas en otros medios, pero sin el orden ni la regularidad de antes.
Eso es todo lo que quería decirles para empezar. Me pongo bajo la protección de San Francisco y Santa Isabel y arranco ya.
Planteé pues el blog como una plataforma profesional, y para hacerla más potente me marqué además el reto de la publicación diaria, incluidos fines de semana y meses de verano, un desafío que, disperso como suelo ser para tantas cosas, superé con disciplina y un sencillo esquema formal que a cualquiera que conozca el blog no será necesario explicar. Les cuento todo esto porque aquí empiezo un blog nuevo y deseo aclarar que aunque mantengo parte de la imagen del antiguo, las cosas serán diferentes. Al Martillo sin Dueño se le han caído las mayúsculas y con ellas la formalidad. Conservaré algunas rutinas y también el blog subsidiario en el que voy archivando mis colaboraciones en Diario de Sevilla, que nunca he dejado de actualizar, pero ni periodicidad ni esquema regular se repetirán en este nuevo formato. El contenido básico del blog seguirá por supuesto orientado hacia mi trabajo como crítico musical, por lo que aquí seguiré replicando muchas de las cosas publicadas en otros medios, pero sin el orden ni la regularidad de antes.
Eso es todo lo que quería decirles para empezar. Me pongo bajo la protección de San Francisco y Santa Isabel y arranco ya.
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