sábado, 8 de septiembre de 2012

El drama de Haendel

[Harry Christophers, fundador y director de The Sixteen. © Stu Rosner]
A medida que avanzaban los años 1730, parecía claro que la brutal competencia entre las dos grandes compañías de ópera que dominaban Londres, la de Haendel y la de la nobleza, habría de abocar a ambas a su desaparición. Para 1737 la situación de la que dirigía el gran maestro alemán era límite, lo que acabó repercutiendo de forma grave en la salud del músico que en abril sufrió un derrame cerebral que le provocó la parálisis de la mano derecha y lo obligó a una molesta inactividad. Su recuperación fue en cualquier caso sorprendentemente rápida y a finales de junio pudo volver a dirigir. Pero la temporada había sido ya un fracaso, lo que no quedaba atenuado por el hecho de que la catástrofe de los rivales fuera aún más demoledora.

Agotados los recursos económicos y con el prestigio de la ópera italiana cada vez más mermado en Inglaterra, Haendel decidió profundizar en la vía de los oratorios ingleses y en 1738 escribió dos de los mejores de toda su carrera, Saul e Israel en Egipto. El primero de ellos, que se estrenaría en el King's Theater de Haymarket el 19 de enero de 1739, y luego sería repuesto siete veces en vida del músico, fue compuesto sobre un libreto de Charles Jennens (el que andando los años sería recopilador de los textos para El Mesías) basado en Il Samuel de Abraham Cowley. El argumento, de origen bíblico, es una historia que mezcla política y pasiones personales, siguiendo el proceso del ascenso de David hasta el trono de los israelitas tras la muerte profetizada de Saúl, convertido por celos en su gran rival, y de su hijo Jonathan.

Musicalmente la obra es extraordinaria. Haendel la presentaba como "oratorio or sacred drama", lo que parecía dejar abierta la posibilidad de una representación escénica cuando las condiciones la hicieran posible. Aunque aún le quedaban por escribir un par de óperas italianas, Saul e Israel en Egipto parecen el punto de no retorno, el viraje definitivo del compositor hacia el género oratorial. La flexibilidad que la participación del coro permitía en la estructura cerrada de recitativos y arias da capo, daba además a Haendel la posibilidad de mostrar su dominio de la escritura contrapuntística, por lo que la obra se conforma como un auténtico mosaico en el que se funden la proverbial facilidad melódica del músico, su instinto dramático y la riqueza de sus armonías.

Harry Christophers ha grabado para su sello Coro una versión extraordinaria de Saul, que puede compararse con las mejores de las muchas que se han hecho de la obra, de la antigua de Gardiner (1989) a las más recientes de McCreesh (2004) o Jacobs (2005). Alejándose de planteamientos minimalistas, con orquesta y coro nutridos, Christophers sigue la estela suntuosa y brillante de un Gardiner, redondeando un drama cargado de electricidad y energía. Sarah Connolly, una mezzo en el papel de David, es la gran estrella vocal de un elenco en el que el bajo Christopher Purves y el tenor Robert Murray completan el trío protagonista.
[Diario de Sevilla. 1-09-2012]


GEORG FRIEDRICH HAENDEL (1685-1750): SAUL HWV 53
oratorio or sacred drama en tres partes con libreto de Charles Jennens

Christopher Purves, bajo (Saul)
Sarah Connolly, mezzosoprano (David)
Robert Murray, tenor (Jonathan)
Elizabeth Atherton, soprano (Merab)
Joélle Harvey, soprano (Michal)
Mark Dobell, tenor (Gran Sacerdote)
Jeremy Budd, tenor (Adivina de Endor)
Stuart Young, bajo (Espíritu de Samuel)

The Sixteen
Director: Harry Christophers
----------
3 CD CORO COR 16103 (Harmonia Mundi) [73'36'' - 48'19'' - 40'44'']
Grabación: Enero de 2012


Haendel: "Gird on thy sword", coro final de israelitas de Saul. [5'21''] The Sixteen. Christophers


ISRAELITES
Gird on thy sword, thou man of might,
Pursue thy wonted fame:
Go on, be prosperous in fight,
Retrieve the Hebrew name!
Thy strong right hand, with terror armed,
Shall thy obdurate foes dismay;
While others, by thy virtue charm'd,
Shall crowd to own thy righteous sway.

ISRAELITAS
Ciñe tu espada, hombre poderoso, 
¡continúa tu glorioso camino!
¡Ve, se próspero en la lucha, 
y restaura la fama de los hebreos!
Tu fuerte diestra, inspirando terror, 
desanimará a los obstinados enemigos.
Muchos miles, bajo la protección de tu virtud, 
vivirán gozosos bajo tu justo reinado.

No hay comentarios: