martes, 19 de octubre de 2010

II Curso de Apreciación y Disfrute de la Música Clásica

Entre enero y mayo de este año impartí en el Aula de Mayores de la Fundación Cajasol de Sevilla un curso con ese título tan largo que aparece al principio de esta entrada. Como la cosa parece que gustó bastante, me ofrecieron repetir experiencia desde octubre, si bien dejándome claro que, muy disminuida la partida económica que sostenía la actividad, el número de matriculados tenía que ser suficiente para pensar en su autofinanciación. Abierto el plazo de inscripción, fue una satisfacción enorme comprobar cómo inmediatamente los 70 alumnos del primer curso pasaban a ser 81 para el segundo, lo que hacía perfectamente viable seguir adelante con el proyecto. Esta mañana hemos tenido la primera clase, y en el aula, casi a rebosar, había muchas caras conocidas, pero también otras tantas nuevas, lo que me ha gustado mucho y supone un gran estímulo para mí, pues aunque la preparación de los módulos no siempre sea fácil y exija mucho tiempo, me lo paso muy bien dándolas. Es un auténtico placer trabajar ante un auditorio de gente así, que te escucha con tanta atención y se muestra tan interesada, entusiasta y emocionada por el descubrimiento de cosas nuevas (y supongo que ahora mismo estaré siendo la envidia de muchos amigos profesores, pero es lo que hay).

Para la presentación he querido partir del vídeo de Keith Jarrett y Chick Corea con el 4'33'' de John Cage que está colgado en la derecha del blog. Ha sido una experiencia fantástica. Nadie (salvo yo, obviamente) conocía la obra, por lo que nadie estaba condicionado por su peculiaridad. La creamos pues partiendo de las mismas condiciones para las que la imaginó John Cage: cuatro minutos treinta y tres segundos de silencio en un contexto en el que el auditorio está expectante porque piensa que va a escuchar una obra musical tradicional. Las reacciones han sido las esperadas. Como he puesto el vídeo al poco de empezar la clase, todavía había algún rezagado entrando, ¡incluso ha sonado un móvil! Creo que Cage habría disfrutado tanto como yo. Les he explicado el origen y el sentido de la obra y lo he relacionado con la Fuente de Duchamp como origen del arte conceptual del siglo XX, para rematar tratando de hacerlos reflexionar sobre las veces en que, dentro de la vida cotidiana, la forma en que tenemos de pensar sobre las cosas y el contexto en el que las vemos determina que las consideremos objetos artísticos o no (ejemplo: una casa es una casa, pero si nos la presentan en una exposición de arquitectura tenderemos seguramente a mirarla como una obra artística; otro ejemplo: el arte mueble prehistórico que vemos en los museos). Me pareció interesante esta forma de empezar por hacerlos partícipes de la auténtica creación de una obra conceptual, por tratar de que se cuestionaran por un momento sus propias convicciones y también, claro, porque sin silencio no hay música. ¿Qué mejor que el silencio para empezar un curso sobre música?

He abierto en el margen derecho del blog un espacio para el curso con el programa y la agenda de conciertos que comentamos en clase semanalmente; está pensado obviamente para los alumnos, pero abierto (como todo el contenido del blog) a la visita y el comentario de cualquiera.

6 comentarios:

T dijo...

Sobre el 4'33'' de Cage, leí el otro día un sesudo artículo de Eugenio Trías muy interesante. De lo mejorcito que he leído sobre tan curiosa 'obra maestra' que reconozco que me sigue dejando perpleja.

Pablo J. Vayón dijo...

Más que una "obra maestra", yo diría que se trata de una intuición genial, que sólo admite un pase. Ponerla en festivales de música contemporánea, donde todo el mundo sabe de qué va la cosa y lo que se espera de ellos, es, con todos mis respetos, una hondísima soplapollez. Pero ofrecérsela a personas que no saben nada de ella y esperan una obra tradicional es una experiencia estupenda. Como la instrumentación y el medio no fueron fijados por Cage, ayer hicimos 4'33'' para dos pianos, orquesta de cámara, portátil HP, windows 2007, powerpoint 2010 y proyector... Y resultó.

T dijo...

Estoy contigo, Pablo. 4'33'' tiene gracia la primera vez que la 'escuchas'.

Dime, ¿Fuiste tú quien declamó, con voz profunda, el 'Tacet', en cada 'movimiento'?

Pablo J. Vayón dijo...

Nein. Nadie declamó nada. Yo me limité a aclarar algunas cuestiones técnicas del vídeo y a informar de que por supuesto el sonido estaba conectado.

T dijo...

¡Pues no seguistéis la partitura!

;-)

Eres un heterodoxo incorregible.

Pablo J. Vayón dijo...

La partitura (edición Peters) la enseñé después, claro. Si lo hago antes no habría tenido mucha gracia.