Jonas Kaufmann canta mañana en el Teatro de la Maestranza, con el acompañamiento de su pianista habitual, Helmut Deutsch, La bella molinera de Schubert, ciclo que grabó en 2009 para Decca.
En el margen derecho, en el espacio que he dedicado al Curso de Cajasol he dejado un enlace a spotify donde puede escucharse una versión del joven Dietrich Fischer-Dieskau que me parece excelente.
El sábado comenté también en Diario de Sevilla la última grabación de Mark Padmore y Paul Lewis para Harmonia Mundi
RADIANTE MOLINERA
Después del Viaje de invierno, Padmore se mete en buena lógica con La bella molinera, que afronta con las mismas armas que su anterior reto schubertiano: una voz de tenor más ligero que lírico, una emisión clara, dulce y radiante y un trabajo detallado sobre los textos, magnífico en general, aunque en momentos ocasionales pueda resultar un tanto amanerado, tanto por la lentitud general de los tempi como por el uso de unas medias voces que no terminan de sonar plenas y redondas. El trabajo de Paul Lewis es excelente, marcando con lucidez el desarrollo dramático del ciclo.
[Diario de Sevilla. 16-10-2010]
Schubert: "Der Müller und der Bach" de Die schöne Müllerin. [4'41''] Mark Padmore. Paul Lewis
Textos (en alemán y traducción a varias idiomas, entre ellos el español) aquí: La bella molinera.
4 comentarios:
Ah, ¿pero el Kaufman ha aprendido a cantar por debajo del forte? Qué ilu.
Este proceso por el que unos crean mitos y otros, al ver que estos mitos se hacen populares, los desmontan es algo que me mantiene muy entretenido. Es apasionante...
Ahora en serio: Kaufmann es un señor con un talento enorme, pero con serios problemas técnicos. He tenido alguna bronca monumental por su culpa porque, como pasa con Villazón, el personal te pide que lo pongas por las nubes o que lo destroces sin piedad. Y a mí lo que me parece es que debería es cambiar de maestro y de repertorio.
Estoy de acuerdo con Fernando: Kaufmann posee una materia prima vocal de gran calidad y se beneficia de una voz de tintes oscuros y de un centro de gran atractivo, pero su técnica de fraseo es algo rudimentaria. Cuando tiene que bajar del mezzoforte la voz pierde brillo, se engola y resulta plana. Y no digamos de unas existentes medias voces, especialmente en la zona superior. Tiende también a abusar del portamento en los ataques a las notas superiores. La tesitura de "La bella molinera" juega en su contra y le pone en más de un apuro en los lieder más intimistas. De momento es buena voz para Florestán, Lohengrin y hasta Otello, pero el lied de Schubert aún se le resiste. No así el de Schumann, pues su "Dichterliebe", de tesitura más central y más dramático, es magnífico.
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