[René Jacobs © Eric Larrayadieu] |
Curiosamente, el recorrido del gran director belga fue inverso a la trayectoria vital del compositor, pues su primer registro (1990) lo dedicó a L'Incoronazione di Poppea, obra estrenada en Venecia en 1642 de la que han llegado dos versiones diferentes (Venecia, Nápoles) de las múltiples que sin duda se presentaron en su tiempo, nacidas por adición del trabajo de varios maestros, si bien la parte fundamental parece indiscutiblemente monteverdiana (no, por cierto, el maravilloso dúo final entre los dos protagonistas principales del drama). Dos años después de Il Nerone (título alternativo de la ópera), Jacobs se acercó a Il ritorno d'Ulisse in patria, que había sido estrenada también en Venecia en 1641. Finalmente, en 1995, el gran maestro belga cerró el círculo con L'Orfeo, favola in musica, sin duda la obra fundacional de todo el género operístico, pues su presentación en Mantua en 1607 impulsó de manera definitiva el espectáculo que habían alumbrado los intelectuales florentinos en la década anterior mientras divagaban en torno a la recuperación del sentido de la tragedia griega.
Hay sin duda un significativo salto conceptual entre el espíritu de aquellas primeras óperas, espectáculos cortesanos con un alto componente especulativo e intelectual, y los otros dos títulos, escritos cuando, tras la apertura de los primeros teatros públicos, la ópera había empezado a dar ya el salto definitivo al futuro, haciendo evolucionar el primitivo estilo recitativo hacia un lirismo que desembocaría en el primer belcantismo. Por supuesto que este salto en la dedicación de Monteverdi a la ópera se debe a la pérdida de la mayor parte de sus creaciones para el teatro, empezando por la celebérrima Arianna de 1608 y siguiendo por títulos como Le nozze di Tetide, Andromeda, Gli Argonauti, La finta pazza Licori, Mercurio e Marte, Proserpina rapita o Le nozze d'Enea in Lavinia, obras lamentablemente pérdidas que sin duda reforzarían nuestro conocimiento sobre el paso de un estilo compositivo a otro, lo que en cualquier caso podemos deducir, aun mínimamente, por Il ballo delle ingrate, Il combattimento di Tancredi e Clorinda o incluso Tirsi e Clori y el Lamento della ninfa. En cualquier caso, puede afirmarse sin temor a caer en la hipérbole que Monteverdi es a la infancia de la ópera como Chaplin a la del cine.
Monteverdi es la ópera. Y la trilogía ahora recuperada de René Jacobs es una buena vía para comenzar a penetrar el sentido de esta afirmación, y ello a pesar de que su Orfeo no termina de resultar redondo, a causa de errores en la elección del reparto (muy desafortunado en el caso del protagonista principal) y de algunos toques manieristas en la retención de tempi o en las ornamentaciones que rebajan los resultados finales. Sin embargo, la reconocida habilidad del maestro belga para crear atmósferas de encendido dramatismo en sus trabajos operísticos queda de relieve tanto en el Ulisse como en la Poppea, en las que, además de un desfile de voces de primerísimo nivel (Prégardien, Fink, Tucker, Thomas, Kiehr, Visse, Schopper, Laurens, Larmore, Lootens, Hunt, Mey...), la sustancia teatral está admirablemente atrapada. Los buenos aficionados tal vez encuentren en estas grabaciones algunos detalles de continuo, instrumentación u ornamentación que los mejores de entre los más recientes intérpretes monteverdianos han resuelto con un mayor grado de sutileza, coherencia y autenticidad, pero Jacobs resulta siempre elegante, elocuente y expresivo: Monteverdi, la ópera, se engrandece con sus lecturas.
[Diario de Sevilla. 13-11-2010]
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643) : L'ORFEO, FAVOLA IN MUSICA
en un prólogo y cinco actos con libreto de Alessandro Striggio
Laurence Dale, tenor (Orfeo)
Efrat Ben-Nun, soprano (Euridice, La Música, una ninfa)
Jennifer LArmore, mezzosoprano (Messagiera)
Paul Gérimon, bajo (Caronte)
Harry Peeters, bajo (Plutone)
Bernarda Fink, mezzosoprano (Proserpina, una ninfa)
Andreas Scholl, contratenor (Speranza, un pastor)
Nicolas Rivenq, barítono (Apollo, un espíritu, un pastor)
Lynton Atkinson, tenor (Eco, un espíritu)
Noëlle de Callataÿ y Maria Cristina Kiehr, sopranos (ninfas)
Dominique Visse, contratenor; Gerd Türk, tenor; Geert Smits, barítono; Ulrich Mesthaler y Nathan Berg, bajos (espíritus y pastores)
Concerto Vocale
Director: René Jacobs
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2 CD HARMONIA MUNDI HML 5901553.54 [55'27'' - 64'22'']
Grabación: Enero de 1995
Monteverdi: "Del mio Permesso amato" de L'Orfeo. [6'32''] Concerto Vocale. Jacobs
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643) : IL RITORNO D'ULISSE IN PATRIA
ópera en un prólogo y cinco actos con libreto de Giacomo Badoaro
Christoph Prégardien, tenor (Ulisse)
Bernarda Fink, mezzosoprano (Penelope)Christina Högman, soprano (Telemaco, una sirena)
Martyn Hill, tenor (Eumete)
Jocelyne Taillon, soprano (Ericlea)
Dominique Visse, contratenor (Pisandro, l'Umana fragilità)
Mark Tucker, tenor (Anfinomo)
David Thomas, bajo (Antinoo)
Guy de Mey, tenor (Iro)
Faridah Subrata, soprano (Melanto)
Jörg Dürmüller, tenor (Eurimaco)
Lorraine Hunt, soprano (Minerva, Fortuna)
Michael Schopper, bajo (Nettuno, il Tempo)
Olivier Lallouette, bajo (Giove)
Martina Bovet, soprano (Amore, una sirena)
Claron McFadden, soprano (Giunone)
Francesca Congiu y Elisabeth Scholl, sopranos (náyades y nereidas)
Concerto Vocale
Director: René Jacobs
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3 CD HARMONIA MUNDI HML 5901427.29 [57'01'' - 53'37'' - 67'17'']
Grabación: Junio de 1992
Monteverdi: "Dormo ancora" de Il ritorno d'Ulisse in patria. [4'07''] Concerto Vocale. Jacobs
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643): L'INCORONAZIONE DI POPPEA
ópera en un prólogo y tres actos con libreto de Gian Francesco Busenello
Danielle Borst, soprano (Poppea)
Guillemette Laurens, mezzosoprano (Nerone)
Jenifer Larmore, mezzosoprano (Ottavia)
Axel Köhler, contratenor (Ottone)
Michael Schopper, bajo (Seneca)
Lena Lootens, soprano (Drusilla)
Dominique Visse, contratenor (Nutrice, un familiar de Séneca)
Christoph Homberger, tenor (Arnalta)
Guy de Mey, tenor (Lucano, Liberto Capitano, un soldado)
Gerd Türk, tenor (Consolo, Mercurio, un familiar de Séneca, un soldado)
Andreas Lebeda, barítono (Tribuno, Littore, un familiar de Séneca)
Chistina Högman, soprano (Valletto)
Maria Cristina Kiehr, soprano (Damigella, un amor del coro)
Regina Jakobi, mezzosoprano (Pallade, Venere, un amor del coro)
Martina Bovet y Hanne Mari Ørbaek, sopranos (amores del coro)
Concerto Vocale
Director: René Jacobs
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3 CD HARMONIA MUNDI HML 5901330.32 [72'43'' - 77'26'' - 47'11'']
Grabación: Febrero de 1990
Monteverdi: Escena XII del acto II de L'Incoronazione di Poppea [6'56''] Concerto Vocal. Jacobs
2 comentarios:
Buenas tardes. Ante todo, agradezco la profusión dedetalles interesantes que prorciona esta entrada.
Las versiones que comentas son impresionantes. Especialmente la de Il Ritorno. El trabajo de Jacobs en el foso es sencillamente prodigioso. (En cuanto las voes, la presencia de Bernarda Fink constituye para mí uno de los puntos más fuertes).
Sobre LÓrfeo, sólo diré que esta de Jacobs es mi versión de referencia. Me gusta bastante más que el registro histórico de Harnoncourt para Teldec, o el más reciente de Savall (a quien, por cierto, pude ver en el Real hace unos años, en esta interpretación).
Como curiosidad, recuerdo el título de la crítica en Scherzo a L´Incoronazione. En un mismo artículo se comentaban dos versiones de sendas obras barrocas editadas casi al mismo tiempo (¿1991?) por Hamonia Mundi: una L´Incoronazione y la otra el oratorio Susanna de Handel. El título del artículo era éste: "De lo dudoso a lo revelador" (curiosamente, lo "dudoso" -creo que lo escribía Luis Suñen, no estoy seguro- era la ópera de Monteverdi; lo "revelador" el oratorio handeliano). Eran otros tiempos: nadie preveía en 1991 el extraordinario crecimiento que las interpretaciones "históricas" iban a tener en el futuro. Un futuro , hoy prsente, cada vez más fascinante y abierto.
Un saludo.
Estoy de acuerdo en alguna cosa, Rogelio, pero no en todo, principalmente en la consideración de L'Orfeo, que en mi opinión arruina el protagonista de Laurence Dale, voz grande pero sin la versatilidad, la finura ni el dominio del canto disminuido que exige el personaje. Es un error de cásting demasiado grande (como el de Axel Köhler como Ottone en la Poppea). Para mí lo mejor es también el Ulisse, aunque algunos papeles podrían estar un poco mejor servidos (Melanto, Ericlea, Telemaco). En cualquier caso, más allá de estos y otros detalles (por ejemplo, el exceso de flautas dulces en las instrumentaciones es algo que ha envejecido mal), las versiones de Jacobs son poderosas, teatrales, llenas de vida y de fuerza expresiva, un vehículo estupendo para penetrar en la obra de uno de los más grandes artistas que haya conocido nunca el mundo, don Claudio del Monte Verde.
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